Cargamos las maletas en el maletero y nos despedimos de nuestras familias, ya salíamos, nuestro destino se acercaba.
Música, risas, nervios... Estábamos con nuestros compañeros y sabíamos que nos esperaba una semana mágica e inolvidable, después de 4 horas de viaje llegamos a Barajas, para algunos era una experiencia nueva eso de facturar y subirse a un avión, estábamos nerviosos y excitados.
El vuelo fue tranquilo con alguna que otra turbulencia pero relajado, me encanto esa sensación de tener el mundo bajo tus pies. Aterrizábamos en la capital italiana, era impresionante por fin... ¡Estábamos en Roma!
El vaticano, la Fontana di Trevi, la capilla Sixtina.. nos esperaban.
El primer día llegamos y estaba lloviendo fuimos a ver la fontana de noche, era preciosa, también la plaza Venecia, cenamos en un restaurante italiano pasta a la carbonara y boloñesa y un filete, estábamos muy cansados y nos dirigimos al hotel, de camino empezó a llover más, nos calamos enteros...
El segundo día vimos los foros romanos y el coliseo, impresionante ver lo que habías visto ya en la tele como en callejeros viajeros poder verlo a menos de 5 metros, agradecer también a nuestra guía Ana Ruth por su paciencia y por las buenas explicaciones que nos dio durante el viaje. Tercer día, el vaticano, vimos los museos vaticanos, la capilla sixtina, y demás, no pudimos ver la plaza de la gente que había, era impresionante la fila, era normal el papa tenía audiencia.Cuarto día, visita a todas las iglesias barrocas y ya de paso estuvimos en la plaza del Vaticano que nos había sido imposible ver el día anterior, los días pasaron volando y cuando te dabas cuenta ya estábamos en el quinto y último día la noche anterior nuestras profesoras nos ordenaron hacer las maletas para no ir con prisas la mañana siguiente, nos despertábamos último amanecer en la ciudad eterna, nos vestimos con nuestras camisetas de ROMA 13' e hicimos nuestras últimas compras, ya volvíamos al aeropuerto de Fiumicino, comimos allí y ya nos dirigimos a Barajas, cogimos un autobús de vuelta a las 19:45. Llegábamos a Zaragoza a las 23:00 de la noche, ha sido una experiencia única e inigualable, aún no me puedo creer que ya haya pasado.
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